Como en los mejores guiones cinematográficos o novelas policíacas, en Arcos de la Frontera existe un extraordinario robo aún sin resolver.
En cuanto a la propia sustracción por los cacos o amigos de lo ajeno, no se puede asegurar su preciso momento (+/- 2007), y menos los autores. El botín en su mayoría corresponde al joyero de la Virgen del Rosario.
De lo birlado destaca una joya extraordinaria, artesanal, con esmeraldas labradas una a una a mano, expresamente, muy digna de figurar en las mejores colecciones, siendo considerada como una auténtica pieza propia del más prestigioso museo internacional.
A esta maravilla se le atribuye un origen hispano americano: Perú, Colombia, Guatemala, Ecuador, México, con unos treinta y cinco quilates o más de esmeraldas colombianas de las antiguas minas de Muzo, montadas en oro y con un peso total de 246 gramos, midiendo nueve centímetros de anchura por 13,2 de altura.
Un comentario en “EL ROBO DEL SIGLO EN LA BASÍLICA MENOR DE SANTA MARÍA DE ARCOS DE LA FRONTERA”