CABALLEROS VEINTICUATRO, JEREZ 2016

La visión humana de la cercanía de alguien del que te fías, que te cuenta las cosas, tiene una complicidad muy particular.
No todo se encuentra en Internet. Por eso hay que estar en Jerez para estudiarlo y luego contarlo, esto es importante.
Alguno que no ha estado en Jerez de la Frontera, anda largando por su boquita que los jerezanos son divertidos pero no tienen glamour como los franceses ni ese sentido de la belleza de los italianos. ¡Paparruchadas!
También, mas de uno asegura que los gitanos no trajeron a Jerez consigo la menor tradición musical, ya que no disponían de un folklore autóctono ni nada parecido, en cambio en la ciudad ya existía en todo su esplendor el romancero castellano y morisco. Estos, los moriscos, gozaban en Jerez de cantes y bailes que pronto aprendieron los gitanos para utilizarlos de un modo y manera que nunca han abandonado (La aportación de la cultura gitana a la sociedad jerezana y al cante, es incuestionable).
Y como si fuera poco en Jerez, el flamenco que se hace hoy día está muy vinculado a la música que concebían los sefarditas.
Sin error alguno, el flamenco en Jerez, es la gran suma de todas las influencias históricas, geográficas, étnicas y religiosas.

Los jerezanos son muy viscerales, de repente todo les parece una mierda.
Para ellos es blanco o negro.
En Jerez, se es de discutir, de dar puñetazos encima de la mesa, intransigente con el adversario, con el que no piensa igual. De flamenco aún más.
Desde fuera se ve que en Jerez todo es solemne, drástico y grave. Incluso la manera de percibir la religión.
Por lo menos una vez en la vida hay que visitar Santiago de Compostela, Roma y Jerusalén, aunque lo verdaderamente cierto a donde hay que ir para salvar el alma es a Jerez de la Frontera, y sumergirse en él, ver lo que pasa, luego, y con suerte, podrá contar algo, lo demás es hablar por hablar.
“Los Caballeros 24” en Jerez de la Frontera, siglo XVI, constituían el concejo o Ayuntamiento de la ciudad, junto a alcaldes, y un alguacil mayor. Sus funciones eran variadas, desde fiscalizar tributos, hasta visitas a la cárcel o inspecciones del mercado. Todos tenían grandes prerrogativas y para gozar del cargo debían ser hidalgos. La obtención del cargo costaba 8500 ducados. El prestigio y la influencia en la ciudad, que estos cargos proporcionaban, y la inversión segura que para sus rentas de capital significaban los hicieron que fueran muy apetecibles. El cargo de Caballero 24 quedó abolido en 1834.

Mas no se han terminado “Los Caballeros 24” jerezanos, se han traslado al mundo del flamenco, en perfecta sintonía entre payos y gitanos, formando esa convivencia e integración única que tan solo se da en Jerez de la Frontera.

CABALLEROS VEINTICUATRO, JEREZ 2016

1.- MANUEL MORAO. 1929. Tocaor
2.- FRANCISCO LOPEZ-CEPERO “PACO CEPERO”. 1942. Tocaor
3.- ANTONIO FAJARDO. “MOMO HEREDIA”, 1967. Cantaor
4.- EZEQUIEL BENITEZ. 1979. Cantaor
5.- JOSE SOTO SOTO “JOSE MERCÉ”. 1955. Cantaor
6.- MANUEL MONEO. 1950. Cantaor
7.- PEDRO CARRASCO “PERIQUÍN NIÑO JERO”. 1954. Tocaor
8.- TOMASA GUERRERO. “LA MACANITA”. 1968. Cantaora
9.- DIEGO CARRASCO. 1954. Cantaor
10.- MIGUEL FLORES “CAPULLO DE JEREZ”. 1954. Cantaor
11.- VICENTE SOTO. 1954. Cantaor
12.- LUIS SOTO “LUIS EL ZAMBO”. 1949. Cantaor
13.- CAYETANO FERNANDEZ “NANO DE JEREZ”. 1948. Cantaor
14.- MATEO JIMENEZ SOTO “MATEO SOLEA”. 1951. Cantaor
15.- MACARENA DE JEREZ. 1976. Cantaora.
16.- JUANA FERNANDEZ “LA DEL PIPA”. 1949. Cantaora
17.- JOSE DE LOS CAMARONES. 1955. Cantaor
18.- LORENZO GALVEZ “RIPOLL”. Cantaor
19.- FERNANDO DE LA MORENA. 1945. Cantaor
20.- JESUS MENDEZ. 1984. Cantaor
21.- ANTONIO DE LA MALENA. 1960. Cantaor
22.- MANOLO SIMON. 1953. Cantaor
23.- MELCHORA ORTEGA. 1972. Cantaora
24.- JOAQUÍN JIMÉNEZ FERNANDEZ, «Salmonete de Jerez» 1962.

Si se quiere saber o enterarse del “cante” en Jerez, siga a “Los Caballeros 24”, no se perderá en ese inmenso universo que es el mundo del flamenco jerezano, y menos comulgará con ruedas de molino, ni hará el camelo. El que no oye consejo no llega a viejo.

FUENTE: CADF, y otros.