LA CAPILLA DEL OLVIDO EN JEREZ DE LA FRONTERA

William Shakespeare decía: “El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos”.
Un porcentaje muy elevado de familiares de personas que se suicidaron no hace nunca ninguna referencia al modo elegido para terminar con la vida del familiar afectado. La sociedad que nos ha tocado vivir evita hablar tanto del desamor como del suicidio. Del desamor, apenas se sabe nada.
Si el amor es un “plato dulce” que se disfruta sin querer que se termine, el desamor es una inmensa gastritis que piensas que no se acabará nunca.
El desamor tiene efectos tan devastadores en el ser humano como el estrés. Ambos estados son enfermedades graves de actitud debido a sus síntomas físicos. Sentir en exceso siempre conduce a ver las cosas con un matiz de tragedia.

Solo puede producirse el desamor donde hubo antes mucho amor.
Por regla general, los dolores emocionales son mucho más dolorosos que los físicos, más difíciles de controlar, pero más fáciles de sanar, si realmente tienes el control emocional necesario para ello.
En muchos casos, las personas tienen un sentimiento como si estuvieran perdidas o aisladas,
Una ruptura sentimental puede provocar la mayoría de los síntomas de ansiedad. Nerviosismo, taquicardia, mareos, sensación de irrealidad, hormigueo, dolor en el pecho, dolor muscular…pero sobre todo, angustia. Es esa angustia del desamor la que hace que nos sumamos en un estado de ansiedad con crisis, con decaimiento, llegando incluso a la depresión.
El desamor tiene diversas fases por las cuales el cerebro va regulando la depresión y los otros sentimientos que van de la mano, tal vez la única esperanza en ese momento es dejar pasar el tiempo y permitir que el cuerpo normalice naturalmente nuestros sentimientos.
Esto lo sabemos ahora con la ayuda de la psicología, en el siglo XVII, no.
La iglesia de Santo Domingo en Jerez de la Frontera, guarda una capilla que desde siempre (s.XVII), ha dado, y da, soluciones a los males de amor.

La Capilla de Gracias, actualmente dedicada a San José, en su origen fue capilla del Sagrario, tiene una portada plateresca del s. XVI construido por un arco de medio punto, pilastras y friso, todo ellos decorado con grotescas figuras para espantar las aflicciones. Posee también una puerta que comunica directamente con la capilla de la Consolación, más un fresco que hace referencia a la leyenda de la llegada al templo de la imagen de la Virgen.

Nadie se acuerda de Santa Rita o Santa Bárbara hasta que truena, mientras tanto se piensan que son paparruchadas de tiempos viejos.
A la Capilla de Gracias, acuden desde el s. XVII, aquellos jerezanos que necesitan beber, simbólicamente, de la fuente del olvido. Mientras algunos recuperan su bienestar e incluso rehacen felizmente su vida a corto-medio plazo, otros parecen quedar condenados de por vida al recuerdo doloroso de lo que pudo ser y no fue.
No existe la función voluntaria en Jerez de la Frontera del olvido. El olvido certifica la pérdida definitiva del recuerdo.

(Plano de situación de la Capilla de Gracias dentro de la iglesia de Santo Domingo)

“Sopla la brisa…, sopla y se lleva tu difusa imagen……
Y no deja vacío, porque el vacío es algo…..
Y no queda nada…., sólo el verde color del olvido…..
Tan sólo el olvido…………..”

Decía Benedetti, el olvido… un gran simulacro repleto de fantasmas.

Fuente Plano Santo Domingo: JerezSiempre